jueves, 29 de marzo de 2007

Les tengo desconcertados.

Pobres de mis jefes, es que no saben desde donde les vienen. No saben cuando estoy contento, cuando estoy quemado, cuando enamorado o cuando de resaca. Cada día es una aventura para los pobres... Y a veces me ven triste, otras descojonado y otras cabreado con todo lo viviente. Y alucinan... Los pobres alucinan. A veces me tiro el día con el mp3 puesto, y otras escuho las conversaciones ajenas y suelto comentarios de buen rollo, a veces hablo de la última frikada que he visto por ínternet, y otras veces suelto citas de libros de esos que no leo mas que yo. A veces silvo la Pastoral y otras canto una de DobleV. Acojonados les tengo, a veces tan social que doy asco y otras pasando de todos... Y ellos ahí, alucinando, sin saber si tienen que mandarme a tomar por culo, o deben conservarme como oro en paño. Claro, cuando me da por mejorar el proyecto, le cambio la cara a todas las mierdas de cartas que mandabamos hasta ahora, y me saco de la manga una cosa tan requetebonita que da gusto. Cuando me pasan una llamada en menos de 3 minutos la tengo solucionada y el alumno más contento que unas castañuelas, y cuando me tengo que corregir más de 100 actividades yo solito, me las hago en 4 horas, con pausas para café y nicotina. Y así, como que es dificil saber si me tienen que apretar las tuercas o poner una medalla.

Ahora les ha dado por sobreprotegerme, porque ayer vine de resaca y andaba encabronado. Y claro, desde la conversación del mono melómano, mi jefe me suelta cosas como que tengo que valorarme más a mi y a mi trabajo... JAJAJAJA!!!!

Bueno, que lo dejo... Que tengo que hacer una historia con la mascota para institucionalizarla... Verás tú cuando la institucionalize... ¿Echamos de una puta vez a este loco? No!!!! Qué es el único que sabe hacer la mascota!!!!!.. JAJAJAJAJA BASTARDOS!!!!

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