martes, 13 de marzo de 2007

Bienvenidos a la taberna del odio.

Qué mal anfitrión soy! Hasta ahora no os había dado la bienvenida. Esta es la taberna del odio, y lo va a ser a partir de este mismo momento. Voy a dejar aquí todo lo malo.

La hostia no me la he llevado el lunes, me la he llevado hoy. Después de una tarde fantástica (sí me he sentado al lado de ella), hemos ido a tomar algo.

... Y ha ocurrido, ha sonado el móvil, hasta ese momento no me ha comentado que iba a venir el novio a recogerla... Momento raro... Momento que yo sólo he acertado a decir.

-No puedo jugar más

Y luego? Y luego, haciendose la tonta y sonrojándose hasta que he soltado

-Es que no te acuerdas de nada del miercoles?

Y más hacerse la tonta...

-Mira lo que te dije con 8 copas también te lo puedo decir con 2, me gustas

En resumen después de un rato hablando.

-Que ella está a gusto con su relación.
-Que no sabe como comportarse delante mío respecto a eso, a lo que yo he dicho que si es sólo mi problema que siga actuando como siempre, que es mi problema y yo sabré solucionarlo.
-O sea que sí, que este es mi puto problema, de nadie más. MÍO.
-Qué tampoco quiere perder mi amistad? Tu puta madre, ahora sí. Me has usado para hacer tiempo mientras viene el hijo de la gran puta ese... Qué coño de amistad???? Eso claro no se lo he dicho, pero ya me conoceis, se lo diré. Mierda, Dios sabe que se lo acabaré soltando.

Y para acabar, cuando le llama el novio porque ya está en la puerta, me suelta:
- "¿No sales? "
- "Sí claro que salgo, y si quieres le saludo, espera un momento que voy a preguntar en la barra si tienen bengalas. Anda, largate de una puta vez."

Este sí que es el fin, te has ganado todo mi desprecio... Y aunque el problema sea mío, ya he dicho que lo solucionaré como yo quiera. Por ahora has perdido todos tus privilegios.

Señores, sientense a tomar algo mientras suelto espuma por la boca. Aquí se han jugado todas las cartas, y todo el orgullo que me he comido hasta ahora va a salir expulsado en forma de bilis.

La taberna del odio abre sus puertas.

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