Una cosa que a primera vista parece una tontería pero conlleva grandes implicaciones psicológicas. No confundir con vaguería, el procrastinador puede iniciar las cosas e incluso llegar a un estado avanzado de los proyectos. Pero luego... O también puede posponer los asuntos relevantes ya sea por el miedo a no obtener resulados satisfactorios o por la importancia simbólica que acarrean...
Cuidado, porque es de esas palabras que tanto les mola al mundo empresarial para decir que los trabajadores no son productivos, y que toda la culpa es de los curritos y no de la mala planificación y gestión de proyectos y recursos. Esto es más un problema psicológico que una mierdecita de esas, hechas para jefecillos subnormales que se quieren tocar las bolas mientras los curritos se encargan de todo... ¿Lo he dicho alguna vez? Pues lo repito, ME CAGO EN LA PSICOLOGÍA APLICADA A EMPRESAS ¿¿QUÉ COJONES OS CREEÍS QUE ESTAIS HACIENDO?? ESTAIS CONVIRTIENDO LAS EMPRESAS EN FÁBRICAS DE TARADOS.
Y para acabar, tampoco hay que castigarse uno mismo demasiado, existen otras opiniones sobre el tema mucho más positivas:
procrastinar es un factor primordial en el proceso creativo, porque cuando el coste de la procrastinación se incrementa, lo hace también la probabilidad de aparición de pensamientos radicalmente nuevos.”
(John Maeda,“Necessary procrastination“)
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