Ayer tocó compra compulsiva de tebeos, si hace poco pagué un zillón de leuros por la serie completa de Los Invisibles, no os digo la de pasta que voy a acabar soltando por comprar 20th century boys, pero teniendo en cuenta que el jueves me gasté más de 50 euros en alcohol, pues mira... Me la suda. Oh! Qué friki! Compra tebeos! Bueno, pues vale, pues muy bien. Pues es que en verdad me da igual tú opinión, me da igual que tú leas la Catedral del Mar y digas que es un pedazo de libro, y yo lea 20th Century boys y me calle, me da igual que hayas ido a ver El orfanato, o te la hayas descargado, o lo que sea que hayas hecho y digas que es un peliculón, cuando se nota a la legua que copia a las películas de terror japonesas de hace 3 años. Me importa una mierda tu opinión sobre lo que es un buen libro, sobre lo que es una buena película, sobre lo que es una buena canción, sobre lo que es tener sentido de humor o sobre lo que es ser una persona íntegra... Advierto, al próximo que tenga huevos a juzgarme por cualquier cosa le voy a mandar a hacer gárgaras con la regla de su puta madre ¿Queda claro mundo?
No hago más que decirme que necesito reorientarme aún un poco más, creo que mañana empezaré. Entre mis planes se incluye, conseguir un móvil a poder ser con el mismo número que tenía, empezar a aprovechar que tengo una piscina municipal cerca de casa, cerrar más el tema de impartir unos cursos (Dios, no puedo-debo cagarla), y quizá alguna cosilla más.
Nota: Qué tiene en común Los invisibles y 20th Century Boys? En realidad tiene que ver que son historias bien contadas, con muchos giros y vueltas y con un trasfondo que te puede hacer pensar, pero que no se dirigen exactamente hacia ningún sitio... Es la nueva narrativa, la que vosotros estáis viendo en Perdidos, el decompressive storytelling que le llaman, la forma de narrar del siglo XXI, historias que se alargan innecesariamente provocando que el final se vuelva difuso. No hay enseñanza, ni moraleja, el placer está en el viaje, no en el final del viaje, y uno puede dejarlo cuando más le plazca y decir que la historia acabó ahí para él, quedándose tranquilo. El origen del decompressive storytelling es un poco difuso, en un principio sólo era una manera de alargar las historias, ejemplo, Campeones y ese gigantesco campo de fútbol, en realidad el guionista quería contar la historia, pero desde producción le decían que la tenía que estirar hasta el absurdo para llenar episodios. Así que un día los guionistas debieron de pensar... ¿Y para qué coño voy a querer yo contar una historia? Mejor no cuento nada que sirva para desarrollar la trama principal, puedo escribir lo que quiera de otras cosas, y tampoco me dan la brasa. Qué desde producción me dicen que la serie se amplía 2 temporadas? Genial!! Puedo seguir metiendo subtramas!!! Qué hay que cerrar la serie mañana porque la gente se aburre? Bueno, pues como tampoco había contado nada de la trama principal meto un final raro-absurdo.
Os habéis fijado en todas esas películas y novelas que se vuelven una mierda justo en el momento en que se empieza a desarrollar la historia? Sí, todas esas en las que se nos presentan un montón de personajes y situaciones interesantes, para que a mitad de la historia todo caiga en los tópicos de siempre. Pues ya hace tiempo que descubrieron la manera de evitar el problema, y esa manera consiste en no narrar ninguna historia.
Y lo mejor del decompressive storytelling es que lo puedes aplicar también a tu vida. Por qué caer en la monotonía de perseguir un objetivo cuando lo puedes cambiar cada poco tiempo y sentir la euforia de los comienzos una y otra vez? Por qué buscar una relación estable cuando las sensaciones más fuertes se tienen sólo al inicio de la misma? Viva el descompressive storytelling!!! No hagamos nada en verdad!!! Sólo demos la sensación de que lo hacemos, o de que lo estamos preparando!!! Pero que nadie termine nada o perderemos la euforia!!!!!
1 comentario:
No tengo internet en casa, así que aprovecho algún rato en casa de mis padres para visitar tú página. Enhorabuena por ser tito!!!!
Ya te mandaré fotos de la boda (y al cap. cuellar)cuando tenga internet en casa y ya te llamaré (cuando tengas móvil).
Cada uno tiene sus propios gustos y se gasta el dinero en lo que quiere. Si te gastas una pasta en cómics, pues de puta madre. Da igual lo que piense la gente. "La gente es estúpida, a la gente le gusta la sangre frita".
El casado.
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