domingo, 26 de agosto de 2007

Yo, mi nuevo ordenador y Quentin Tarantino

Escribo esto sentado con el portatil en mi regazo y el salón convertido en una zona de combate con millones de cajas y cables.

Me compré un ordenador, no un ordenador cualquiera. Me compré el más potente que vi. Un trasto de 1200 Euros. Automaticamente me sentí culpable. Como si el hecho de hacer un gasto tan grande en un objeto con el que voy a trabajar fuese un pecado.

La adaptación está siendo un poco rara. Me he plantado delante de una pantalla que es 3 veces más grande que la que llevo usando los últimos 3 años. Los procesos se realizan como mínimo 4 veces más rápido. No consigo aún adaptarme a tanto lujo, pero poco a poco...

Lo primero han sido los sustos. Windows Vista no es un sistema amigable de primeras, no hasta que descubres que para poder empezar a instalar cosas, no sólo tienes que tener permisos de administrador, además tienes que desactivar una casilla que sirve para que aún siendo administrador windows siga vigilando y jodiendo todos tus movimientos. Así que las primeras 6 horas me las pasé intententando instalar cosas que Windows no me dejaba instalar.

Una vez superado el primer bache, quedaba instalar todas las actualizaciones de hardware, aún no he sido incapaz de instalar el modem. Así que he tenido que descargarme las actualizaciones al portatil y luego pasarlas al nuevo ordenador. Todo un suplicio. Aunque la alegría de ver como la tarjeta gráfica empezaba a funcionar de verdad con toda su potencia, ha sido inmensa.

Así que hoy después de 2 días dando vueltas por fin he empezado a usar el ordenador de verdad, y aún no puedo dar un veredicto, aún estoy mamoneando, perdido en la inmensidad de la pantalla. Y es que pasar de 15 pulgadas a 20 es un salto cuántico.

Si algún día tengo que explicar esto, la historia quedará muy bonita, estuve trabajando en una empresa 9 meses, manteniendo el nivel del resto de los usuarios del foro con un ordenador muchísimo peor, y en verano no fui de vacaciones y me compré un trasto con el dinero ahorrado. No sé por qué coño me tengo que sentir culpable.

La realidad es un poco distinta, la realidad es que me he tenido que comprar el bicho porque no puedo hacer lo que tengo que hacer con mi portatil. No puedo renderizar una animación con resolución para cine con mi querido portatil... Simplemente, no puedo.

Llega el otoño, el otoño es el declive, la vuelta al mundo real. Pero en este mes me he distanciado tanto del mundo real que no sé si voy a poder volver. Me he distanciado de la gente, de todo el mundo. Me he distanciado de la vida normal, de los hábitos de alimentación normales, de las horas de sueño normales. Y llega el otoño y me aterra tener que enfrentarme a la realidad de nuevo. Aún quedan 3 meses para saber si consigo ser el dueño de mi vida o no. Dentro de 3 meses la moneda que he lanzado caerá y podré ver el resultado.

Se supone que el ser humano es un ser social, que necesita relacionarse y comunicarse con el resto, miro a mi alrededor y pienso ¿Quién cojones se cree aquí nadie para decir que es lo correcto y qué no lo es? ¿Quién coño sabe donde está la felicidad? ¿La felicidad está en las cosas pequeñas o en los grandes logros?

Sabemos qué es lo normal, y también sabemos que lo normal tampoco trae la felicidad. Sabemos que es lo excepcional, y también sabemos que lo excepcional tampoco trae la felicidad.

Al final son momentos, momentos pequeños. veo a Tarantino (Edición especial de Pulp Fiction con 2 DVDs, ya en las tiendas) cuando aún era joven, disfrutando de la enorme y merecida fama que consiguió con Pulp Fiction. 2 películas bastaron para que Tarantino fuese considerado el mejor director de los 90, y nadie puede negar que lo es. Tarantino tenía un sueño desde que era niño, llegar a dirigir sus propias películas. Siempre fue un enamorado del cine, de hecho no sólo las dirige, también las escribe, elige las canciones de la BSO y actua en ellas. Habla de cine y sus pupilas se encienden, y pierde el control, siente verdadera pasión.

Esforzarse para conseguir algo. No perder la ilusión.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

http://blogs.plus.es/boyero/

Ver la entrevista con Alex de la Iglesia y su charla con Tarantino.

C. Cuellar

Anónimo dijo...

Estrenos del verano

Anónimo dijo...

Que Boyero diga tonterías, es algo casi normal. Que catalogue una película de Tarantino como "gracieta"... Dios Boyero!!! Tú eres el ejemplo vivo de que un crítico es un artista sin talento!!! Cuantas veces habrá intetado este tío dar el salto. Los que aún nos acordamos del primer Boyero, el que escribía columnas sobre televisión en El Mundo, también nos acordamos de que enganchaba porque era un verdadero deslenguado, era el House de los periódicos mucho antes de que existiera House. Ahora no deja de ser un rufian algo pesado al que se le ha pasado el arroz.

Y Alex de La Iglesia, bueno, que Alex de la Iglesia hable minimamente mal de Tarantino es para partirle la cara, cuando sus películas son de estilo Tarantino-casposas, y se debería avergonzar de que el señor Quentin le pregunte por películas que él no conoce (y que seguro que Boyero tampoco).

No he visto la película, pero si a Tarantino le apetece hacer una cosa cutre, pues que la haga... Señor Alex de la Iglesia, imagínese que uste hubiese hecho Acción Mutante después de haber hecho La comunidad... Pues eso ha hecho Tarantino, a su nivel claro, después de reventar las taquillas con Kill Bill hace esto, y con 2 cojones.

El tabernero.

Anónimo dijo...

Yo soy un incondicional de Quentin y la película con la que más he disfrutado en el cine fue Pulp Fiction en el Aliatar. El novio que se casa se acordará de aquella tarde junto al proyector con el Pato Howard.

Sin embargo-le doy la razón a Alex- : es cierto que las pelis de Tarantino formalmente son la leche pero a nivel de contenido o profundidad intelectual andan cortitas.

"Sólo sabe de cine y sus experiencias se limitan al cine". No es poco, sin duda.

Es una verdad como un templo. Lo que no quita que sea un puto genio y que sea el referente de cualquier cinéfilo. Entre ellos yo mismo.

C. Cuellar