jueves, 23 de agosto de 2007

Ellos tampoco descansan en verano

Mis vecinos de arriba tampoco descansan en verano, se siguen gritando y amenazando como si fuese primavera u otoño, les da igual la fecha... Gente que se odia unos a otros y que conviven por simple miedo al cambio.

De no tener ese terror profundo a lo que no conocen, hace tiempo se hubiesen separado como familia que no funciona.

El miedo al cambio y la esperanza de que mañana igual será distinto, quizá el recuerdo de tiempos pasados mejores que seguramente ni siquiera fueron tan buenos...

Y cada día un poco más de infierno.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que la mayoria de los problemas entre parejas que no se separan pero deberían hacerlo , los decide el vil metal. Poderoso caballero es Don Dinero.

Dime que hace una mujer de 40 años sin estudios que lleva toda su vida cuidando hijos y aguantando a un marido que no soporta. El sueldo de su marido no da para nada. Puedes llegar a admitir que tu vida ha sido un fracaso. Otra cosa es salir del infierno y morirte de hambre con una pensión de mierda o poniéndote a fregar escaleras.

Para mucha gente ese piso donde se pelean es lo único que les separa de la indigencia, de vivir entre cartones.

Las cosas nunca son tan fáciles.

"Si tuviera un sitio a donde ir o dinero me iba ahora mismo. Pero no lo tengo." Esto resume muchas cosas.

Si tabernero, la economia lo es todo, o casi. Este es el mundo que nos ha tocado vivir. Yo no puedo quejarme.

Cap Cuellar

Anónimo dijo...

Pero a veces es más el miedo a afrontar el cambio que otra cosa. Es mucho más fácil acostumbrarse a vivir entre violencia, gritos, desquiciamiento y barbitúricos, que decir, yo quiero salir de esto y voy a arriesgarme.

El mito de la taberna.