... Pero todos los gaditanos que he conocido han sido flojos, envidiosos, rastreros y arrastrados. Su actitud pausada da a entender que en cierta manera tienen la situación controlada, esta impresión se desmorona cuando uno descubre que son débiles e inoperantes. Toda esa maldad acumulada no se ve acompañada de una carcasa física que la pueda mantener, dando como resultado uno de los más patéticos especímenes que podemos encontrar en la península. El gaditano que yo he conocido es el típico del que un día te hartas y le acabas calzando una hostia, y que como es un mierda ni siquiera se puede defender.
No creo que todos los gaditanos sean así, pero como ya he anunciado, he debido tener mala suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario