lunes, 29 de junio de 2009

Déjame entrar (”Låt den rätte komma in”, 2008)

En mi línea habitual esto más que una reseña va a ser una reflexión, así que el que no haya visto la película que pare...

YA

Hay dos cosas curiosas de esta película:

1) Que por lo que he podido leer, se ha pasado la novela por el arco, y eso me parece bien esta vez.
2) Que según quien la vea, interpretará la película como una historia de amor o como la claudicación final de un niño sin referentes convertido en esclavo de un monstruo sanguinario.

Lo que en la novela es una cosa mascadita en la película queda como un juego de insinuaciones, y casi mejor ¿El padre es gay, alcohólico o las dos cosas? ¿La niña es niño, travesti o las dos cosas? (el plano de la zona púbica de la niña/o no es totalmente gratuito se puede apreciar una cicatriz y ciertamente no estoy acostumbrado a ver primeros planos de zonas púbicas de niños de 12 años, ni en el cine, ni en ningún lado) ¿El supuesto padre de la niña es su padre, su esclavo o alguien al que de niño epataron como al protagonista? Prefiero no tener las respuestas y montarme mi propia historia de mostruo depravado ganándose a un esclavo.

Y es que la niña/o es de todo menos inocente, que sí, que tiene hambre y tal, pero tampoco es para morder al primero que pasa por delante de tu casa. Uno puede ser vampiro sin ser un cabrón sin escrúpulos, porque lo primero que hace la niña es comerse a un tipo que durante el resto de la película no paran de comentar lo buena gente que era.

Lo que quiero decir es que ver en esta película una bonita historia de amor resulta dificil, el niño empieza siendo un chaval algo morbosillo del que abusan en el colegio y acaba siendo cómplice de homicidio y arrancando orejas a estacazos, empieza teniendo poca comunicación con el resto de la gente y acaba viviendo por y para la cría-crío-vampiro. Yo ahí amor veo poquito, y cada vez que estos dos se muestran afecto casca alguien.

La película es bonita, el niño protagonista de empanado que está cae un poco mal, el ritmo es más bien lento, la fotografía preciosa, de vez en cuando sale algo de sangre y tal pero a estas alturas creo que todos estamos acostumbrados, la escena contra los gatos de peluche es... Digamos que se podría haber hecho de otra manera para esconder la falta de presupuesto, la escena final de la piscina es un clásico instantaneo, aún así es una película para ver y comentar con una factura impecable (menos los gatos), lo cual no es poco.

Nota: Como es habitual, es mejor ver la película en versión subtitulada.

No hay comentarios: