lunes, 12 de enero de 2009

También odio...

... Los libros que hacen descripciones en primera persona con muchas metáforas... 

No es lo mismo:

Paco se encontraba en frente de una vieja puerta de roble medio carcomida por las termitas , que compartía destino con su abuelo enterrado hace 3 años. Comida de insectos.

Que...

Entonces me encontré en frente de una vieja puerta de roble medio carcomida por las termitas, y me acordé de mi abuelo al cual enterramos hace 3 años y que también era ya comida para los insectos.

Me refiero, que yo no suelo ir pensando todo el rato sobre las cosas que veo, en realidad el 90% de mis desplazamientos están totalmente controlados por lo que yo llamo mi zombie, mi cerebro reptiliano se encarga de todo, esquiva a la gente y mira a las chicas guapas, mientras el resto del cerebro está a sus cosas... Al leer novelas con descripciones en primera persona, mi cerebro entra en modo descriptivo, y todo el rato tengo el runrún en la cabeza, como si tuviera que describir todo lo que se me cruza delante y sacar metáforas o frases ingeniosas de todo lo que me rodea... Y lo odio, me gusta más mi modo habitual, el zombie orquesta, el resto a lo suyo.

También odio a mi alumno cincuentón que hoy ha vuelto y al que no le voy a dar ni media oportunidad, ni siquiera se ha inventado una excusa estúpida, tipo, tuve un mal día en el trabajo... Que se joda. No hay perdón, mi madre me dejaba a los 20 tantos días de nacer en una guardería y tú te has ido de mi clase... Jódete!!!! (jejejeje, le saco partido a esto de la guardería, creo que me sirve de excusa perfecta para poder ignorar a cualquiera que me toque los huevos).

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